lunes, 28 de abril de 2014

Tarde inesperada







Cuando te fallen las fuerzas y sientas demasiado peso para seguir. En el momento que tengas que dejar de dar porque necesitas respirar para ti. 
Entonces aparece la sorpresa.
Tomate un segundo a solas para reflexionar sobre las cosas hermosas y que la vida prepara, párate a disfrutar de los momentos simples pero  maravillosos que te ofrecen las personas, disfruta de la sorpresa, confía en que las compañeras te quieren  aunque no lo sepas.  
¿Por que no  soltar una lágrima por que te regalen una opilla, y disfrutar de tarde de amistad?
La vida esta en los momentos. 
Gracias a quien sabéis dar y estar.

viernes, 25 de abril de 2014

De corceles y peonzas



A veces me lleva galopando en  una montura de un corcel desbocado y me dejo llevar, subida en  una peonza que ha empezado a girar y coge mas velocidad hasta prometerse no parar nunca. 

Y me gusta la sensación de acción trepidante.Galopa y gira, galopa y gira.

Pero el caballo no deja de galopar para pasar al trote o al paso. En su carrera termina tirándome al suelo y arrastrándome enganchada en la silla, y la peonza gira y gira a mayor velocidad y me marea en sus giros, pero no me suelto.

Entonces tengo que liberarme del caballo y bajarme de la peonza.

Y el cambio de velocidad hace que me estampe contra el suelo.

Cuando mi cabeza es consciente del golpe ordena a las manos que quiten el polvo que ha ensuciado mi alma, mi deseo es seguir al galope y girar agarrada a la peonza. 
El sentimiento es vacío. Perdí mi caballo y mi peonza por mi mala cabeza.

Lloro su perdida, busco un espacio. Vienen la angustia y el vacío. 

Y me prometo no dejar que me domine el  galope del caballo ni el giro de la peonza...hasta la próxima.

Sigo siendo equilibrista.

martes, 15 de abril de 2014

A BLANCA MAESTROJUAN URIZ


                                               (Pablo Picasso 1939)

  

A BLANCA MAESTROJUAN URIZ

Madre, cuando yo me muera, 
que se enteren los señores. 
Pon telegramas azules 
que vayan del Sur al Norte. 
Siete gritos, siete sangres, 
siete adormideras dobles, 
quebraron opacas lunas 
en los oscuros salones. 
Lleno de manos cortadas 
y coronitas de flores, 
el mar de los juramentos 
resonaba, no sé donde. 
Y el cielo daba portazos 
al brusco rumor del bosque,  
mientras clamaban las luces 
en los altos corredores.

(Federico García Lorca)

lunes, 14 de abril de 2014



La ortiga como la rosa
como todo
con dos caras, con dos verdades.
Lo bueno y lo malo
en la misma naturaleza.