lunes, 11 de agosto de 2014

MAQUINAS DE ACCIÓN, MAQUINAS DE PERFECCIÓN


 


 ¡Que bien! 
Cumples con todo lo que se espera y luchas por superar las expectativas. Esto  se considera“normal” y  necesarias o admirables.
 Pero piensas que no realizas bien los trabajos que tu misma te impones
 Imposible relajarme porque además de mis asuntos, me siento responsable por el bienestar, la seguridad o el desempeño de los demás. Y si algo no funciona  provoca angustia,  no salvar al mundo provoca culpa.
 Hay algo que no está bien.
Aún así si esta hiperesponsabilidad no habría quien quisiera cambiar al mundo, tal vez nadie se preocuparía por impulsar leyes más justas , a los gobiernos  hacia la responsabilidad social, a las personas que se no se rindan.
 Entonces, ¿es posible distinguir entre la responsabilidad sana y la patológica? ¿Acaso hay un justo medio?
Lo asumo: creo mi sentido de la responsabilidad a veces toma niveles patológicos.
De nuevo, el equilibrio.
Liberarse de cargas, roles y responsabilidades que no nos corresponden y aprender a fluir.
¿Quién dijo que fuera fácil?



No hay comentarios:

Publicar un comentario